sábado, 12 de diciembre de 2009

El Japón Meiji




En el siglo XIX Japón era un Imperio anclado en el pasado. El poder teórico se centraba en la figura del Emperador, sin embargo, en la práctica estaba en manos de la familia Tokugawa, en el Shogun. La sociedad se dividía en castas, era de carácter feudal, recordando a la Europa Medieval. Los estamentos privilegiados incluían a los señores feudales o Daymios y a los guerreros o Samurais. El resto de la población estaba formada por campesinos que trabajaban las tierras de los señores y por artesanos y comerciantes asentados en las principales ciudades, Osaka y Edo. La fecha de 1868 supone, para Japón, una ruptura histórica. Se produce la denominada "Revolución o Restauración Meiji", que significó el paso del Japón sumido en el Medievo al Japón Contemporáneo. Se restaura el poder del Emperador, se adopta una Constitución tipo las de Europa del siglo XIX, es suprimida la sociedad estamental, declarada la igualdad civil, son abolidos los privilegios , es proclamada la división de poderes, se crea un Parlamento, se desarrolla el sistema económico capitalista...Todas estas medidas desembocan en la occidentalización del Japón que, en pocos años, se convierte en una potencia mundial junto a Gran Bretaña y a EEUU. Los propios japoneses visitaron Alemania para conocer de cerca la organización de su ejército y de su Parlamento, y tomarlos como modelos para implantar en su nuevo y modernos país. Las estructuras políticas, económicas, sociales y las mentalidades que habían tardado siglos en fraguarse en las sociedades europeas, se introducen en Japón en menos de dos décadas.
Colaboración de Isabel G. Piñeiro

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