domingo, 11 de abril de 2010

La bomba atómica



El día 2 de agosto de 1939, Albert Einstein, en nombre de varios científicos, le escribe una carta al presidente Roosevelt instándolo a apoyar al grupo de científicos que investigan la utilización de la energía atómica en el denominado Proyecto Manhattan. Las investigaciones nucleares en el mundo se iniciaron en 1905, y en 1938 el científico alemán Otto Hahn descubrió la fisión atómica. Inmediatamente la comunidad científica internacional comenzó la carrera atómica para aprovechar esta poderosa energía para la industria. La carta de Einstein, que refleja la necesidad de desarrollar una bomba atómica antes que Alemania consiga hacerla primero, alerta al gobierno de Roosevelt. En 1941, el ataque a Pearl Harbor aumentó el temor entre los Aliados, pues en ese momento parecía que nada podía detener a las fuerzas del Eje, cuyos ejércitos obtenían victoria tras victoria en todos los frentes. En septiembre de 1942, Roosevelt le da el impulso al proyecto, designando un mando militar, el coronel Leslie Groves. Este reorganizó un equipo de científicos, ingenieros y técnicos, dotándolos de los equipos necesarios para desarrollar su trabajo. El uranio procedía del Congo Belga, y se puso en marcha la construcción de una planta para producir material fisible. En octubre de 1942, Groves nombró al científico Oppenheimer como director de un grupo de científicos europeos dedicados por completo a la fabricación de la bomba atómica. Los laboratorios se instalaron en el desierto de Los Álamos, en el estado de Nuevo México. Ese año, Enrico Fermi logró construir un reactor atómico experimental, con lo que EEUU daba un importantísimo paso en la carrera nuclear. En enero de 1943 Groves adquirió la Hanford Engineer Works, en Oak Ridge, que se convertiría en uno de los mayores laboratorios usados en el desarrollo de la bomba atómica. El enriquecimiento de uranio a gran escala fracasó y el Proyecto Manhattan comenzó a estancarse por multitud de problemas que parecían insolubles. La planta de enriquecimiento redujo su producción a niveles ínfimos, surgieron una serie de fugas que frenaban la producción de uranio y no aparecía ningún diseño plausible para el arma atómica. Lo único que comenzó a funcionar fue el grupo aéreo que tendría a su cargo las operaciones de bombardeo nuclear. Sin embargo, después de muchos problemas, a finales de 1944, todo empieza a encarrilarse, la producción de uranio enriquecido comenzó a incrementarse y las primeras pruebas dieron resultados satisfactorios. La producción de plutonio también alcanzó los niveles deseados y el equipo que diseñaba el arma, finalmente tenía modelos factibles. A comienzos de 1945, la bomba de uranio tenía el éxito prácticamente asegurado y la bomba de plutonio estaba cerca de ser terminada. En esos momentos, el general Groves no se preocupaba por el éxito del proyecto, su preocupación era, que la guerra terminara antes que la bomba estuviera lista para ser lanzada. Durante los meses de mayo, junio y julio de 1945, se hicieron las primeras pruebas reales y la lista de posibles blancos fue depurada. El 16 de julio de 1945, Trinity, la primera bomba de prueba, fue explotada exitosamente en el desierto de Los Álamos. El 6 de agosto se lanza la bomba atómica en Hiroshima y tres días después en Nagasaki.
Raquel Nogueira Fuertes

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