viernes, 18 de diciembre de 2009

La sociedad española en el siglo XIX: la antigua nobleza



La desaparición de los privilegios de los señores y de las categorías jurídicas dio lugar a que las diferencias de clase se manifestasen en el terreno económico, o sea, según la riqueza. Frente a los burgueses, los ricos o los propietarios, aparece contrapuesto el grupo de los que carecen de riqueza, propiedad. La pequeña nobleza española sufrió un proceso de deterioro económico y social. Perdió el principal privilegio, la exención de impuestos, sus tierras proporcionaban escasas rentas, y la mayoría tuvo que ejercer actividades diversas La gran nobleza incrementó su riqueza ya que conservó la mayoría de sus tierras, en propiedad privada, y se hizo con nuevas propiedades de la desamortización, además de poseer inmuebles urbanos. Hacia 1850, España continuaba siendo un país agrario y la nobleza la mayor poseedora de tierras. Sin embargo, a finales de siglo, las fortunas de industriales y comerciantes eran superiores a las nobiliarias.
Durante el reinado de Isabel II, los nobles constituían el grupo de influencia en la Corte, formaban parte de las “camarillas” que rodeaban a Isabel II y conseguían privilegios, ocupaban la alta oficialidad del ejercito y eran miembros del Senado, manteniendo su prestigio social. Nace una burguesía vinculada a los negocios y a las operaciones comerciales y financieras, pero el grupo más dinámico se constituirá por un núcleo unido al capital extranjero, a las profesiones liberales y a los nuevos centros de poder. Muchos se convierten en rentistas y propietarios agrícolas.
Mª Isabel Fulgueira Quintás

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